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Fue asà en Abril del 2003, que decidà visitar España por primera vez para participar en la boda de una querida amiga y pasar mi cumpleaños en esa tierra, que por largos años me resistà a conocerla, mi contacto con Europa habÃa sido siempre bajo un enfoque centroeuropeo, mis lazos con España eran insipientes, cargados de ideologÃa de rechazo, considerada para mi como causa raÃz del atraso de América Latina, la imposición religiosa del catolicÃsimo, la conquista, el modelo colonial centralista, en fin, la distancia que yo veÃa con respecto a España ante la visión anglo y germánica me hacia tener preconceptos negativos sobre la llamada “Madre Patria†.
Digamos que la vida me condujo a descubrir un romance que estaba esperándome al otro lado del Atlántico, insospechado, sigiloso, paciente estaba aguardando a que llegara el momento preciso para aparecer.
A finales del 2002 decidà cambiar de piel, cambiar de vida, me separé de mi ex mujer y con todo el dolor de mi corazón resolvà dejar la casa donde vivÃa con mis amadas hijas, por mucho éste fue el precio más alto que he pagado por mi elección, pero que a la vez me llevó a descubrir otros mundos, otras partes de mi, me situó por el rumbo del asombro, un cambio de observador, una nueva apertura hacia las posibilidades.
No fue casualidad que el primer viaje que yo hice en esa “nueva vida†fue justamente a España, azar o destino, no lo sé, lo único que puedo decir es que cuando llegué a Madrid algo en mi cambió, desde ese momento que tomé el metro del aeropuerto de Barajas hacia la Gran VÃa, para mi fue como si recordara lo conocido, me movà como un pez en el agua, la ciudad se me hacia tan familiar, cada rincón me despertaba la sensación de un recuerdo, la atmosfera de apertura, la vida nocturna, la libertad, la cultura de esa metrópoli tenÃa todo que ver conmigo.
Recuerdo una vez haber caÃdo al sueldo por estar mirando los edificios y los detalles de la arquitectura de Madrid, me tropecé ante un registro abierto y me di un tremendo golpe, sin embargo más que la arquitectura era el recuerdo, esas formas ya estaban antes en mi mente, caà al piso tal vez por el asombro del “re-encuentroâ€.
Fue impresionante ver que la España que yo imaginaba no tenÃa mucha relación con la “realidadâ€, en algunas cosas tan distinta a América Latina y a México en concreto, en otros aspectos algo parecida, me impresionó la infraestructura, al menos esperaba ver una distancia enorme comparándola con Alemania, y no fue tanto asÃ, empecé a saborear algunas de las multiples caras de este paÃs.
Mi pasos me llevaron por Toledo, Zaragoza, Granada, Córdova, Sevilla donde vivà la semana santa, entre noches interminables de marcha en bares y discotecas, y las tradiciones católica de la romerÃa, una mezcla de luz y obscuridad, me envolvà en ese gesto que el andaluz tiene que por mucho es más cercano al mexicano, expresivo, bailador y fiestero.
Digamos que después de ese viaje, mi proceso de madurez como persona se aceleró, tuve con el tiempo otros contactos con España, en el 2006 Estuve en Barcelona estudiando un curso básico de coaching, disfruté mucho la ciudad, sin embargo no logré conectar con ella, habÃa algo que no me permitÃa tener ese cortejo que tuve con Madrid, de hecho me preguntaba si mi identificación con Madrid era apenas una figuración temporal mÃa debido a algún estado de ánimo, la única forma de comprobarlo era volviendo.
En el 2011 regresé a España ahora con un objetivo mucho más ambicioso, certificarme como coach ontológico empresarial, nuevamente Madrid me abrió sus puertas, otra vez sentà esa conexión que me tocaba una parte del alma, caminé por sus calles en la zona antigua, una nostalgia me envolvÃa, fue como que una mano invisible me llevara a las criptas de la catedral y me subiera a la cúpula para visualizar el centro de Madrid cerca del Manzanares, las lagrimas rodaban por mis mejillas, al sentir todo eso tan cercano, descubrà que una parte de mi nunca se habÃa ido desde la primera vez que pisé esa nación.
El romance se habÃa mantenido fiel a mi espera, ahora lo vivÃa desde una calma mayor, no tanto desde las fiestas y la marcha, sino desde la simplicidad de cada plaza, callejón, desde el gesto de los rostros de las personas que se cruzaban por mi camino, lo cotidiano se volvÃa un motivo de conexión.
Me pregunté qué hay de Héctor que tanto ama a Madrid?, mi respuesta fue… aire de libertad, mi romance con Madrid y con España ha nacido desde ahÃ, mis paradigmas han cambiado, desde que me he descubierto más libre, más valiente, más amoroso.
Por otra parte me cuestioné si esto tenÃa que ver sólo con Madrid o habÃa otras cosas que me ligan fuertemente a la penÃnsula ibérica, gracias a Dios la vida me dio la oportunidad de descubrir que habÃa mucho más de fondo.
Después de mi certificación como coach ontológico empresarial en Sevilla, ciudad especial para mi por su hermosura y ambiente fiestero, decidà pasar una semana en el PaÃs Vasco, inducido por una curiosidad; una rama de mi familia materna llegó hace 3 o 4 generaciones a las tierras de noreste mexicano, al actual estado de Sinaloa, una zona de México sumamente fértil y con una fuerte vocación agrÃcola, pero que desgraciadamente actualmente esta ensombrecida por el problema del narcotráfico.
Un grupo de vascos llegaron a esa tierra hace ya bastante tiempo: Inzunza, Gaxiola, Urtusuastegui, Leisegui, Labastida, Gastelum, justamente mis antepasados fueron estos últimos, aparentemente el apellido tuvo alteraciones sólo en México, tal como se comenta por algunas especulaciones al respecto:
Gastelum, con toda probabilidad, es un apellido vasco ("gaztelu" significa 'castillo' en vasco) tal y como ya se ha indicado con la única dificultad de esa terminación en -m de aspecto latino. Puesto que hay otros apellidos vascos con terminaciones semejantes (por ejemplo, Arzallus) cabe suponer que en alguna época, por snobismo, algunos vascos añadieron esas terminaciones a sus apellidos.
El apellido es de origen vasco, incluso existe un pueblo llamado Gaztelu, y efectivamente, en euskera significa castillo.... la m al final probablemente sea una adición de algún funcionario mexicano que, al desconocer el apellido, lo registró como lo escuchó.
http://www.gallardo8.com/apellidos/gaztelu.html
Como quiera que haya sido veo ahora, que mi raÃz materna me llevó hasta ahÃ, y pudo decir que esto es algo interesante, dado que gran parte de mis dificultades en la vida, y de mis dolores más profundos desde mi óptica tienen su origen justamente en la relación con mi madre, toda una suerte de amores y desamores.
Fue asà que llegué al PaÃs Vasco en un vuelo directo Sevilla – Bilbao, el inicio de un romance que nunca esperé, a diferencia con Madrid, en Bilbao no sentà que la conociera desde antes, fue muy distinto, Bilbao me sedujo por una energÃa muy especial…; me recibió nublada y en ocasiones lluviosa, un poco frÃa tal vez como es de repente la personalidad vasca de entrada, para de esta forma despertarme más la curiosidad por descubrirla y mirar más allá de sus capas; los dÃas en Bilbao si eran nublados me parecÃan esplendorosos, me encontré con una ciudad funcional, limpia, me coqueteaba al caminarla, tocarla, me acercaba su boca para seducirme y me la retiraba de a poco, para mas desearla; me dije la única forma de descubrir tus secretos es recorriéndote …., de esa manara, me vestà con un atuendo deportivo y corrà por sus calles largas horas, por la RÃa, la Gran VÃa, los museos, el casco antiguo, el estadio, barrios aledaños, mi respiración acompañaba su aroma, su tesitura, cada vez cedÃa más a mis pasos hasta que copulamos en un mágico encuentro de ritmo, misterio y deseo.
El romance con Bilbao se generó por una necesidad de transformación en mi corazón, sin saber mucho de su pasado mi inconsciente pudo percibir que lo aparentemente imposible es posible…, una ciudad que fue por años industrial, gris, con un cierto dejo de descuido, se torno afable, luminosa, con personalidad propia, innovadora; cambió de piel tal como yo empecé a cambiar hace años, nos conectamos desde el alma, nuestro idilio fue más allá de un mero deseo carnal, tocó los laberintos profundos de la trascendencia por el camino de la auto transformación.
Bilbao cargó por años el castigo y el prejuicio de simbolizar lo diferente, lo que reclamaba para si su identidad, su raÃz vasca, su derecho de auto determinarse, su lucha por la dignidad y legitimidad de ser quien es, como un sÃmbolo entre otros que existen del paÃs vasco; se volvió un centro neurálgico de educación, negocios, investigación, industria, cultura, en tan sólo 35 años, cruzó fronteras que pocos se atreven a llegar, fue tras sus sueños y los acarició.
Mi interés por el PaÃs Vasco creció, de Bilbao me llevé esa conexión de cambio y los ojos amorosos que me “escuchan†con el alma de mi querida amiga Isabel; de esta forma, por mi transito por la región conocà la hermosa ciudad de San Sebastián, con su nobleza y esplendor, pero digamos que esa parte no se identifica tanto conmigo, conocà el misterio de Vitoria, su catedral, ahà recibà el cariño incondicional y fraternal de mi colega Edu y de su familia, me sentà protegido, cuidado; aprendà mucho de la historia y la situación geopolÃtica del PaÃs Vasco, me acerqué a los pasos de aquellos vascos que llegaron a Sinaloa hace muchos años, de los cuales jamás reparé en investigar ni un poco de sus orÃgenes y que ahora me han guiado para recibir una lección de transformación, dignidad y Amor, que son los valores con los que hice el proyecto de legado de papá www.legadodepapa.com, nada en la vida es casualidad………
De Madrid me llevo los aires de Libertad; de Bilbao el empeño por la Trasformación, esos dos factores han hecho crecer este idilio.
Respeto profundamente a mis amigos y compañeros españoles, admiro y agradezco a mis hermanos vascos, sobretodo el permitirme conocerles y descubrir una parte de mi en ellos, agradezco a España el que me permita tener una de los romances mas seductores que jamás haya vivido con paÃs alguno, gracias por ser y estar , abrazos desde México… el romance con España continua….
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