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Personas cercanas a mi vida, grandes amigas me han mostrado la importancia de perdonar, una de ellas un dÃa me dijo... Aunque al principio no lo sientas, sólo repitete, una y otra vez.. Hoy quiero perdonar.. Hoy quiero sanar.. Hoy quiero perdonarme... Hoy quiero sanarme... El perdonar y pedir perdón es un acto de valentÃa; lanza esa enegÃa al Universo y tarde que temprano la respuesta llegará.
Esto no quita que haya dÃas que te sientas molesto con la persona en conflicto, sucede que pueda salir un mal comentario hacia ella, tal vez causado por un recuerdo poco grato, una herida aún abierta, a mi me ha sucedido muchas veces..., sin embargo, me siento tranquilo que cada vez es menos frecuente.
El camino hacia el perdón se construye dÃa a dÃa, en ocasiones lo olvidamos, sin embargo es un paso inprecindible para liberarnos.
Es asà que en una noche de Navidad, después de vivir situaciones sumamentes dificiles y envualto en perdidas muy dolorosas, decidà escribir esta carta a la madre de mis hijas, misma que le entregué en sus manos dos semanas después.
Noche del 25 de diciembre del 2005.
Magdalena,
Espero estés bien.
Aprovecho esta noche para escribir varias cartas y una de ellas es para ti.
Estas fechas son significativas y nos invitan a la reflexión, por este motivo hago un alto para escribir estas lÃneas.
Me he preguntado que quiero generar el próximo año 2006?, tengo varios proyectos que me dan mucha ilusión, se abren nuevas posibilidades que me hacen recibir el año lleno de esperanza, se que será un año muy diferente y dentro de este proceso de introspección me quiero imaginar como tu y yo creamos un año de conversación y nos decidimos a limar nuestras diferencias para poder dedicar nuestras fuerzas al futuro.
La última vez que pudimos platicar brevemente, te pregunté si tu no te sentÃas ya cansada y vacÃa por tantos conflictos?, te hice esta pregunta, porque en mi caso asà lo he sentido y en estos últimos meses me he enfocado a construir otro tipo de bases, implicando todo esto un gran esfuerzo por manejar mis impulsos.
Te puedo decir que para poder llegar a este punto he necesitado mucho valor para cruzar mi propio infierno y todo esto ha llevado a un sin número de experiencias complicadas para determinar con mayor claridad el camino que quiero seguir.
Es curioso que los cuarenta años marquen un parte aguas en nuestras vidas, sólo imaginemos que si Dios nos permitiera vivir 80 años, ya estarÃamos a la mitad del camino y entonces viene el proceso de replantearme como quiero vivir la segunda mitad de mi vida?, que cambios quiero hacer?, que he aprendido y que cosas nuevas voy a generar?.
En mi caso he decidido cerrar ciclos, yendo a lugares dolorosos, abriendo conversaciones difÃciles, enfrentando procesos de perdida y despedida por demás penosos, por ejemplo, es difÃcil despedirte en vida de una madre y agradecer, pedir perdón y perdonar tantas cosas, al mismo tiempo disfrutar cada momento que continué con nosotros, decidiendo decir adiós en amor, sin darle ya más peso especifico a las experiencias del pasado y enfocando la energÃa sólo a dar cariño y reconocimiento.
Por otro lado he abierto conversaciones que me han llevado a generar una nueva forma de relación con mis hermanos y amigos, esto lógicamente ha implicado también cerrar ciclos con algunos de ellos.
Creo que el disparador de mis procesos de cierre ha sido mi intención por perdonarme para poder abrir el espacio para perdonar a otros y justamente en esta parte del proceso estoy, no es un camino corto, ni fácil, pero definitivamente es necesario caminarlo.
Me he dado cuenta que muchas de las cosas que he iniciado a perdonarme, ni siquiera son mÃas, son juicios y percepciones de los demás que no tengo por que cargar y con esa libertad me he permitido ir soltando muchas cosas. Por otra parte me he dejado de culpar por mis errores porque ahora voy descubriendo un gran aprendizaje que tal vez de otra manera no lo hubiera logrado obtener.
Una pieza importante en este rosario largo de perdones, eres tú, te quiero pedir por favor que nos perdonemos. Dentro del marco cristiano y prácticamente de cualquier otro credo uno de los principales pilares para el desarrollo del alma es el perdonar, creo que en el fondo esto representa también un signo enorme de amor por el prójimo y por uno mismo. Se que si te perdono, me perdonare y visee versa. De nada nos sirve cumplir con ritos y catecismos, sino estamos dispuestos a manifestar en el ceder un signo de humildad y de amor; pienso que estarás de acuerdo conmigo que nuestra lucha de egos nos llevo a lugares insospechados, tanto tu como yo hemos visto hasta donde puede llegar nuestra parte obscura, pero de igual menara te invito a que juntos recorramos también el otro camino, es decir, el perdón y la reconciliación, aceptándonos como Magdalena y Héctor, con todas nuestras diferencias y convergencias, pero sobre todo aceptándonos como padres de nuestras hijas Paulina y Lorena, creo que este serÃa una muestras autenticas de amor a ellas, sobreponiendo todo esto a nuestro orgullo, ego y querer tener razón.
De nada servirá decirle a nuestras hijas que las amamos, si no somos capaces de perdonarnos, recuerda que cada una de ellas lleva una parte tuya como mÃa, por lo tanto, seguir en el conflicto y el drama es como no amar una parte de ellas, es rechazar la parte tuya o mÃa que siempre vivirá en nuestras hijas.
La vida da muchas vueltas, solo imaginemos por un minuto el largo plazo y te darás cuenta que ya no vale la pena prolongar más esto, ya ha habido mucho dolor y tristeza, todavÃa tenemos potencialmente la segunda mitad de nuestra vida para dar lo mejor de nosotros.
De poco servirá seguir en el juego de quien es más victima entre tú y yo, por que no ganaremos nada con esto.
A veces pienso que esta etapa de nuestra relación nos llevara a descubrir una misión, creo que si tu y yo logramos ser un testimonio de perdón y reconciliación, podremos ayudar a muchas personas que están viviendo situaciones parecidas y ellos podrán ver que si es posible…; podemos sacarle lo bueno a todas estas experiencias, podemos ayudar a otros a mirar la otra cara de la moneda, por imposible que parezca. Hay ocasiones que me imagino que tu y yo podrÃamos escribir un libro a o un ensayo al respecto, creo que tenemos material de sobra para que esto oueda suceder, sólo necesitamos humildad y valor.
Magdalena tengo muchas cosas que agradecerte, has sido una gran maestra para mi, gracias a ti aprendà a confiar en mi, descubriendo mi potencial, has sido la primera persona que me alentó a alcanzar metas grandes y me mostró mis áreas de oportunidad, hemos sido buenos compañeros y consejeros; de hecho, gracias a las experiencias de todo tipo que vivà a tu lado, ahora he logrado abrir la puerta para encontrarme a mismo.
En este momento quiero pedirte perdón sinceramente, por todas las situaciones en que te he herido, tanto consciente como inconscientemente, se que ha habido mucho aprendizaje sumamente doloroso, soy consciente que has sufrido mucho y en verdad me duele; yo de igual manera te perdono por todas esas acciones en que me has afectado…; estoy seguro que este es el rumbo correcto…, veremos pronto como nuestras emociones se irán equilibrando poco a poco, se que es cuestión de tiempo, te invito a que continuemos juntos por este sendero para que lleguemos a la plenitud del perdón total, te exhorto a que nos realicemos en esta parte como personas, padres y cristianos, podemos recobrar esa parte de compañerismo que tanto nos hizo crecer, tenemos mucho por ganar, pensemos en el bien de los cuatro, nuestra paz interior no tiene precio…. Dios esta con nosotros….dándonos sus bendiciones.
Abrazos y los mejores deseos en esta Navidad.
Héctor
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