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Algo en lo que he reflexionado mucho desde que era adolescente es sobre las religiones y la espiritualidad.
Recuerdo que crecà en un medio ambiente católico, educado por jesuitas, pero al mismo tiempo a 30 metros de mi casa estaba un templo evangélico, a dos cuadras de la misma estaba un lugar donde se impartÃa clases de yoga y conocimiento oriental; si caminaba 7 calles rumbo al centro me topaba con una gran cantidad de librerÃas esotéricas.
Tengo presente el estante de mi casa donde habÃa libros que tal vez algún hermano o primo adquirió sobre diferentes corrientes espirituales, recuerdo a los diez años haber leÃdo algo sobre los Hare Krishnas, a los doce años de edad me apasionaba entender los motivos que provocaron el sisma entre católicos y protestantes, leà un poco sobre la vida de Martin Lutero y de esa manera me adentré para intentar comprender más sobre la diversidad en las religiones.
Recuerdo que en mi casa habÃa una Biblia ilustrada, sumamente interesante porque contenÃa además un compendio de pinturas religiosas relacionadas con algunos pasajes bÃblicos, todavÃa tengo el recuerdo de dos pinturas en partÃcular; una en la que David mata al gigante Goliat y la otra sobre la muerte de Juan el Bautista y su cabeza en una charola.
No obstante mi familia nunca fue tradicionalista, ni religiosa, en el colegio acostumbrábamos ir todos los miércoles a misa el templo de los Ãngeles, asà como cada viernes primero del mes, adicionalmente yo iba los sábados a las reuniones de la acción mariana organizada por el padre Enriques, ahà llegábamos con una medalla plateada para recitar ciertos textos que los debÃamos recordar de memoria y vocalizar a la perfección.
Por otro lado no me acostumbré a la veneración al dolor sufrido por Cristo en la semana santa y el culto a imagines sangrantes o afligidas, desde chico sentà que eso no era ni lógico, ni natural.
Recuerdo en secundaria haber “desafiado†al padre que nos daba la clase de integración cristiana, sobre el tema de dogmas, la inquisición, la obligación del diezmos que imponÃa la Iglesia en la edad media y sobre la condenación eterna, etc.… no se me hacia congruente muchas cosas y no estaba dispuesto a creer todo lo que me decÃan.
Esa forma de pensar duro y perduro, a los 21 años conocà muchas otras formas de ver la realidad y distintos temas espirituales; Observé que a fin de cuentas todo es un crisol de ópticas para interpretar la realidad, conocà más sobre budismo, hinduismo, sobre diferentes iglesias protestantes, islamismo, chamanismo, esoterismo….
A los 23 años vino la oportunidad de viajar y conocer más sobre el mundo, siempre fui un apasionado por la historia y la geografÃa, me gustaba conocer la manera como piensan otras culturas, desde joven intuà que el mundo era mayor de lo que veÃa en mi sociedad.
Después de varios años de recorrer y conocer, llegué a la conclusión que no siempre religión es igual a espiritualidad, en la mayorÃa de los casos encontré que las religiones son un cumulo de ritos, reglas y tradiciones que siguen normalmente intereses especÃficos; asà de otra forma, la espiritualidad es la conexión dentro y fuera del individuo con Dios, en pocas palabras es una experiencia intima con la Divinidad, para eso no se necesita un escrito antiguo, ni reglas impuestas, es una experiencia única que vas descubriendo conforme te conoces mejor a ti mismo, desde tu SER.
Todas las religiones nacieron en algún momento de motivos profundos espirituales, tal vez para difundir un conocimiento superior de algún Iluminado, Salvador o Dios encarnado en la tierra…, sin embargo con el pasar de los años, mucho de ese conocimiento se ha ido distorsionando para poder facilitar la manipulación de las masas y asÃ, beneficiar los intereses de los que dicen tener la razón… colocando más el énfasis en el rito, el tener que pertenecer, el deber hacer… en lugar de auto descubrirte y experimentar tu libertad, en pocas palabras hacerte responsable de tu camino. Bajo esta óptica yo concuerdo con lo que Karl Marx decÃa, las religiones son el opio del los pueblos, solo que Karl Marx debió de agregar también el futbol, las novelas, los noticieros, entre otros, la cuestión es que mucho de esto no existÃa en sus tiempos.
Una vez leà algo que me impactó….†El opuesto del Amor es el miedo â€â€¦, ambos son extremos en una “realidad†de dualidad, asà como la oscuridad es la ausencia de luz, el miedo es la ausencia del Amor, con los años descubrà que muchas religiones te enseñan a temer más que Amar, que si esto es pecado…, que si te vas a condenar…, que si llegues al mundo con pecado original… que si no eres digno …
En un libro escrito por un jesuita que vivió muchos años en la India y que tuvo que convivir con una diversidad espiritual enorme, narra como uno de sus alumnos un buen dÃa le pregunta… No serÃa mejor ser ateo de manera que habrÃa menos motivos para hacer la guerra y matarse como ocurre en la India entre musulmanes e hindús? A fin de cuentas la gente se está matando e incendiando ciudades sólo para tener razón e imponer su verdad a otros…. Prefiero ser ateo que llegar a eso, terminó de comentar el alumno…., este cuestionamiento movió para siempre la visión religiosa del jesuita.
De que sirve meterse en los razonamientos teológicos para explicar y dar una interpretación de lo divino, si a fin de cuentas es una experiencia que se vive con el corazón y no con la cabeza……?, es una experiencia particular e intima y no puede ser previamente conceptualizada por nadie…, es como intentar contener el océano entero en un sólo vaso, simplemente no se puede…. Lo que menos se necesita son razonamientos sobre Dios y tal vez sea más necesario vivir la experiencia de Dios en nuestra vida dÃa a dÃa; de que sirve saber mucho, si al final de cuentas ,al termino de nuestros dÃas lo importante será cuanto Amamos?, cuento fuimos en el Amor y que tanto seguimos nuestros sueños para auto conocernos?.
Conozco personas que necesitan una religión en sus vidas y les ayuda para contactar con su parte Divina, un amiga un dÃa me dijo, Héctor cuando comulgo siento un gozo y una plenitud indescriptible….., entonces le respondà pues sÃguelo haciendo si eso te hacer ser más feliz y amorosa; habrá otras personas que no necesitan una religión, ni de comulgar para tener ese tipo de contactos mÃsticos, los caminos de Dios son infinitos y cada uno de nosotros debemos descubrir el nuestro.
Yo quiero compartir para mis hijas esta reflexión para que busquen sus propios caminos, el medio en el que han crecido intentará posiblemente, imponerles una visión de la realidad, las invito a que den un paso atrás, observen y vean otros puntos de vista; descubran que sendero es más propicio para ustedes, al final de cuentas sabrán que están en el lugar correcto cuando sientan mayor PAZ, más AMOR, mayor ARMONIA, LIBERTAD y menos culpa en su vida cotidiana.
Lo importante es atreverse a caminar y descubrir por uno mismo; los tiempos ya no están para vivir la vida como borregos, sino para tomar las riendas de nuestras vidas, no importa que en ocasiones nos equivoquemos, lo importante es capitalizar el aprendizaje y avanzar con valentia.
Papá las AMA………………. |
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